

El Vívid se ha consolidado como uno de los eventos de referencia del país en torno al turismo del vino. Son unas sesenta propuestas enoturísticas singulares organizadas a lo largo de todo el Empordà.
La gráfica del festival conecta el pasado grecorromano del Empordà con la tradición vinícola a través de ilustraciones estampadas con tinta de vino. Reconstruidas con piezas geométricas, como si hubieran salido del mismo yacimiento de Empúries.
El festival celebra sus 10 años de historia en 2024 y propone evolucionar su imagen gráfica. Aprovechando que las actividades de este año están especialmente dedicadas a las mujeres del sector enoturístico, se propone sustituir la figura que ha representado el festival hasta ahora, Baco, el dios grecorromano del vino, por las Bacantes, sus sacerdotisas.
Evolucionamos la gráfica del festival más allá del personaje mitológico, representando la tradición y la huella del vino en el territorio. Construimos tres figuras a partir de piezas geométricas que conectan el Empordà con su pasado: el racimo, la ánfora y la Bacante. El acabado poroso e imperfecto de las ilustraciones da al cartel un carácter único, resultado de reducir un vino tinto hasta obtener una tinta lo bastante espesa como para estamparla manualmente sobre el papel.